Querido diario, ayer por la mañana me levanté muy temprano. La muela me seguía dando guerra. El dentista me dijo que después de la endodoncia seguiría doliéndome unos días, así que no disparé las alarmas y me tomé un antibiótico de 800 mg que me tuvo apelelado gran parte de la mañana.
Por la noche fui con mi señora a cenar a un italiano. De camino al restaurante nos cruzamos con un todo a 100 abierto, así que decidí entrar para comprar una bandera de España de 2 x 1. El chino del mostrador, muy amable, me cobró 5 euros por la dichosa bandera.
En el restaurante pedimos una tabla de patés y quesos como entrantes, pan de ajo y una pizza de salmón. El comedor estaba lleno. A nuestra derecha había una despedida de soltera. Eran unas diez mujeres, ya entradas en años, vestían todas de riguroso luto excepto la novia, a quien le habían colocado una peluca de color fucsia y una camiseta con pollas dibujadas a mano.
Frente a nosotros había una pareja muy moderna, simulacro de los Beckham. Ella rubia de bote, excesivamente bronceada, con unas tetas supersónicas bajo una blusa blanca. No pude verle el culo, tampoco las piernas. Él parecía un cruce desatinado entre David Beckham y Nacho Vidal. Pecho-lata, pelo engominado con severos principios de pérdida, y serpientes tatuadas en los antebrazos.
Detrás de nosotros, junto al mostrador del restaurante, unas cinco personas de pie esperando su turno. Parecían buitres rondando la carroña de las mesas libres.
A nuestra derecha nada: la ventana. La verdad es que el sitio que nos reservaron no permitía muchas holguras.
El camarero era maricón perdido. Cuando le pedí la cuenta (mi señora estaba en el baño en ese preciso momento) me dijo – ahora mismo Rey – mientras me guiñaba un ojo.
Ya de vuelta a casa, mientras sorbía un granizado de limón en compañía de mi señora, nos cruzamos con un grupo de adolescentes que volvían del botellón.
Una viejecita que paseaba un caniche tuvo la mala fortuna de cruzarse en su camino. Los adolescentes, completamente turdas, increparon el aspecto del animal un buen rato. Ya cansados, cuando la viejecita desapareció por una esquina, continuaron su camino emprendiéndola con las papeleras y los contenedores.
La noche era fresca, pero el calor del resto del día se había quedado dentro de las habitaciones. Aproveché al llegar a casa para bajar al trastero y desembalar el ventilador.
Luego enchufé el ordenador y me bebí al menos dos litros de agua. Estuve un buen rato con la ventana del cuarto abierta de par en par. Había un fulano en la calle, dentro de su coche, esperando que bajara alguien del edificio. Debió de tirarse un cuarto de hora largo con las ventanillas del coche bajadas y todos los éxitos de estopa a todo gas. Yo esperé pacientemente a que su novia, su amigo, o su puta madre, bajara pronto y el individuo se fuera con su mierda de música a otro lado.
Debían de ser las dos de la mañana cuando decidí irme a dormir. Repasé entonces las tareas para hoy:
- Montar el ventilador.
- Poner la bandera de España en el balcón
- Ver el partido.
Hoy también he madrugado. He estado planchando ropa gran parte de la mañana. El ventilador está ahí ya listo para su montaje. La bandera preparada.
Y sí, querido diario, creo que estoy orgullo de ser español, pero que hay cosas en este dichoso País que no me hacen ni puta gracia, una de ellas, por ejemplo, los españoles.
6 comentarios
Tony Soprano -
Stucco -
Ahora que en este foro regresan a la normalidad: era normal ganar una eurocopa, es normal...tenía que pasar y ole nuestro quijotismo (como contrapunto las caras de los alemanes 3 mundiales, 3 eurocopas y ni una lágrima por perder una final más 3/6) nos olvidamos pronto de los éxitos, en fin...
Entre todas las imágenes que tendremos para siempre: Casillas con la copa, la camiseta de Arconada... en Lavapiés me impresionó un inmigrante, un negro desde todos los puntos de vista, con una lágrima que manchaba/limpiaba su cara. Era durante la primera parte, sin goles, al empezar. Podría decir que es un gran ejemplo pero a los que llenaban las plazas de Bilbao y Barcelona no le hacían falta ejemplos; también que es sintomático de la nueva españa y las alianzas de civilizaciones y tal.......desde Madrid, lloraba de emoción porque cuando todo el mundo se da cuenta de tu esfuerzo y triunfas no hay nada mejor. Sabía lo que le había costado llegar a estar sentado en un bar de Lavapiés, disfrutando de una Estrella Galicia, sintiendo una camiseta en un país que puede quemar contenedores de vidrio porque los tiene.
En unos meses nadie pensará que tenemos 2 eurocopas, a una de alemania y volverá el pesimismo y el optimismo desmedido. Tampoco tenemos que cambiar ahora pero sí podemos sentir, valorar y disfrutar un poco más este país. Sentirse algo más español: una lágrima al escuchar el himno en las olimpiadas estaría bien.
V109 -
VEN0M -
linoleo -
misantropo, antipatia por el ser humano.
Bueno hay algunos como usted que me hacen la lectura diaria mas agradable.
VEN0M -
Le diré que estoy de acuerdo con usted sobre los españoles, hay un par de cosas que odio mucho de esta gente como la necesidad de gritar para hablar, la incultura (sobre todo musical), la curiosidad excesiva por saber lo que hace tu vecino o el típico "fíjate la putada que le ha pasado a fulanito" (terapia estúpida para sentirse mejor consigo mismo), o la incapacidad para autocriticarse y reírse de uno mismo, es decir, ¿se imagina en este país series como Little Britain o Family Guy? Yo lo veo imposible, seguro que el Ministerio de Igualdad o la asociación de "Peleles Con Mucho Tiempo Libre" (APCMTL) se quejarían por cualquier gilipollez.
Pero también le voy a decir una cosa, preferiría haber caído en una país más al norte como, por ejemplo, Inglaterra, pero le aseguro que prefiero España a cualquier país suramericano o, básicamente, quitando Australia, a cualquier país del Trópico de Capricornio.