U2 Dirty Day
Era febrero pero los adornos de navidad aún pendían de la única lámpara que alumbraba la estancia. Al descuido de la casa se sumaba la escasa decoración junto con los muebles destartalados a consecuencia de una decena de traslados. Los C. habían deambulado por muchos sitios dado el trabajo itinerante del cabeza de familia, quien evidentemente no estaba en la casa.
El señor venom estaba repantingado sobre el sofá, enseñándonos sus cepilladas botas, la madre de J. lo miraba como queriendo comérselo para el postre mientras este miraba hacia otro lado, entretenido con sus faenas habituales, aquella noche tocaba la de capturar el primero la porción más grande de Pizza, al fin y al cabo estábamos en su casa, por cortesía había que cederle el paso a su ansiedad y hacerse un poco el tonto, dejar que la noche siguiera su curso habitual, que su madre sacara el whishy después de cenar.
Serían las doce de la noche, lunes, martes, quién sabe, un día de diario, rutinario y sin obligaciones acuciantes para el día siguiente, lo cierto es que allí nadie estaba dispuesto a irse a dormir con aquel ambiente tan acogedor y aquellas charlas tan peculiares. La madre de J. era experta en perfumes, fanática de la casa Chanel, por ello solía aburrirnos con disquisiciones acerca de los efectos saludables del sándalo y la menta. Era una niña bien venida a menos, de retórica artificiosa, una de esas mujeres que pretenden transmitir distinción y finura en sus semejantes, sus intenciones quedaban expuestas y malogradas por un detalle que siempre me ha resultado insufrible en la mujeres, cuando hablaba movía las manos excesivamente, haciendo tintinear toda la bisutería con la que acostumbraba a forrar sus muñecas, llámenlo manías de exquisito, lo cierto es que no lo soportaba entonces ni mucho menos ahora.
En la casa también vivía el benjamín de la familia, el pequeño R., a quien le habían reservado el cuarto más lejano del salón para que su sueño no se viera alterado por el jaleo de las visitas. El chaval irrumpía de vez en cuando para hacerse notar, totalmente desvelado y vestido con su pijama. Le llevaban los demonios cuando nos veía allí reunidos con su madre, sobre todo a esas horas y de tal guisa, con la mirada turbia, el humo dulce, incluso el señor venom solía descalzarse cuando ganaba confianza. Era realmente conmovedor ver la estampa del crío en el quicio de la puerta del salón, primero examinaba las botellas repartidas por la mesa, luego olisqueaba el aire con su naricilla y en última instancia miraba los ojos vidriosos de su madre, con ese aire tan severo y censor, inapropiado para un niño de su edad, entonces el crío soltaba alguna queja para reclamar atenciones y acto seguido ella se levantaba rezongando del sofá para acompañarlo hasta su cuarto. Este momento era de vital importancia para J., a quien su hermano se la traía floja y prefería quedarse en su sillón para, aprovechando la ausencia de su madre, rasparle una china a la piedra de Hachís que acaudalaba la señora en una cajita de taracea.
Cuando ésta regresaba de ejercer sus funciones solía proponer otro porro, siempre bajo el consentimiento del señor venom y la diligencia presurosa de su hijo, quien a parte de robar chinas ya había aprendido a liar canutos con los ojos cerrados.Y se nos iban las noches de esta manera, hablando de chorradas, de viajes astrales, de perfumes y actores atractivos. A nosotros el hachis nos cerraba la boca, por eso la madre de J. conducía la conversación creyéndola muy interesante. A pesar de su edad era una mujer instalada a perpetuidad en el presente, en los usos y costumbres de una generación que había parido y que quizás le resultara más interesante que la suya, o puede que se hubiera quedado en los veinte años y por eso le gustaba estar con nosotros dándose baños de juventud. Ni por asomo nos acercábamos a las experiencias vitales que ella atesoraba y jamás confesó -salvo cuando el whisky le desataba la lengua y a veces el llanto-, pero nuestra presencia le resultaba entretenida e interesante.Si hubiéramos tenido un poco más de picardía hubiéramos destapado sus intenciones al instante, el señor venom supo callarse y no destapó el pastel, además, hay ciertas cosas que no se le pueden hacer a un amigo, lo que venía a suceder era que a nosotros nos gustaba estar juntos bajo techo caliente, por aquel entonces hacíamos piña y ni siquiera nos asomábamos al escote de las chicas de nuestra edad…..
Una noche nos vimos un Zoo TV con subtítulos en español. Sonó Dirty Day y se la dedicamos al señor venom. No sé por qué, creo que fue la madre de J. quien lo apuntó con el dedo nada más leer traducidos los primeros versos.
14 comentarios
VEN0M -
LOCO69 -
rictus -
LOCO69 -
Jimmy Lawyer -
LOCO69 -
VEN0M -
Mescalina -
JODER,CON EL COPO DEL BIEN...HAS PENSADO CAMBIARTE EL NOMBRE POR TIRO EN LA SIEN?
NO DEJA UNO VIVO...
JAJAJAJAJAJA
copo del bien -
VEN0M -
Jimmy Lawyer -
Those days, days, days, run away like horses over the hill... sí señor
ELRIC -
4impulse -
Dirty Day es una gran canción que supera en mucho a otras canciones de U2 que han resultado ser más comerciales.
¿Lo de las estadísticas de weboscope se debe a alguna preocupación por la manifiesta ausencia de público ultimamente por aqui?
VEN0M -
Dirty Day es un temazo, la letra es cojonuda, y me temo que se la dedicaron a Charles Bukowski, que murió en 1994.
I don't know you
And you don't know the half of it
I had a starring role
I was the bad guy who walked out