U2 October
Quedábamos en San Pablo, como de costumbre en el mismo banco de piedra. La chiquitina acomplejada era la primera en llegar, al doblar por García Chico ya se distinguía su silueta frágil, ya masticando pipas, ya contemplando bobaliconamente a las palomas de la plaza desde el banco de siempre.
Aquella tarde alguien llevaba el vinilo de October bajo el brazo, era mi cumpleaños, el disco era mi regalo, así que la pandilla decidió ir al 49 de Torquemada para escucharlo. Cuando sonó el piano de October en aquel salón destartalado ( había un sofá mal tapizado y un gato esquivo ) Mario me dijo: - grábame una cinta de sesenta con esta canción, una detrás de otra, voy a empapelar mi cuarto con ella-. Le brillaban los ojos, fumaba con aplicación y pedía silencio para escuchar el disco mejor, al final optamos por sentarnos en el suelo, junto a un altavoz, mientras el resto debatía en el sofá la imposibilidad de llevar el Señor de los Anillos al cine.
Después las hermanas hacían Queimada a media tarde, recitaban el conjuro, repartían las tacitas de barro y luego acechaban a los chicos guapos en la intimidad de la cocina.
Pero aquella tarde no nos separamos del plato, le dimos la vuelta a October por todos los lados, escuchando por primera vez Tomorrow o Rejoyce, de Gloria sabíamos ya algo gracias a algún bar.
Fue algo que nunca volvió a repetirse, excepto en otra ocasión que a su tiempo será contada.
3 comentarios
copo del bien -
por qué no le regalasteis Caballo de Batalla de Juan Pardo? más habríamos ganado.
Anónimo -
ELRIC -