The Times: Manchester.
Apoteosis de brazos con sobaqueras en la pista de baile. Toda la pandilla saltando sin mesura, salvo aquellos que habían pillado cacho después de los lentos y estaban escondidos en la penumbra del reservado, porque antes había lentos, y reservados, y chicas bonitas que te besaban como si les fuera la vida en ello.
Alguna vez fui carne de reservado, y entonces, cuando me llegaba el eco asordinado de esta canción - y guardando el debido respeto a la chica bonita que te besaba y se dejaba besar-, deseaba estar al menos un segundo con los amigos en la pista para desgañitarme sobre aquella tragedia de coros sudados y sobaqueras. No había vergüenza, todo era desmesurado. Una canción de esas épicas que me trae muy buenos recuerdos
Apoteosis de brazos con sobaqueras en la pista de baile. Toda la pandilla saltando sin mesura, salvo aquellos que habían pillado cacho después de los lentos y estaban escondidos en la penumbra del reservado, porque antes había lentos, y reservados, y chicas bonitas que te besaban como si les fuera la vida en ello.
Alguna vez fui carne de reservado, y entonces, cuando me llegaba el eco asordinado de esta canción - y guardando el debido respeto a la chica bonita que te besaba y se dejaba besar-, deseaba estar al menos un segundo con los amigos en la pista para desgañitarme sobre aquella tragedia de coros sudados y sobaqueras. No había vergüenza, todo era desmesurado. Una canción de esas épicas que me trae muy buenos recuerdos
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